Preguntas Cortas: La Constitución de 1931

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peque
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Preguntas Cortas: La Constitución de 1931

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LA CONSTITUCIÓN DE 1931

Un mes antes de la convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes, a principios de mayo de 1931, se nombró una comisión jurídica asesora para elaborar un primer proyecto constitucional presidida por Ángel Ossorio, antiguo conservador. Este proyecto fue rechazado por el ala izquierda del gobierno.

Se encarga la redacción de un nuevo proyecto a una Comisión parlamentaria, presidida por el socialista Luis Jiménez de Asúa que concluye su labor a mediados de agosto. Su discusión en el pleno de las Cortes se prolongó durante tres meses y los debates revelaron las amplias divergencias entre los partidos que habían contribuido a la implantación de la República y contribuyeron a la aparición de una línea de fractura que los separó.

Uno de los aspectos más debatidos de la Constitución fue el referente a las autonomías regionales, ya que la mayoría de los diputados republicanos y socialistas se mostraban reticentes o abiertamente hostiles hacia las amplias atribuciones del Estatuto de Nuria. Tras la intervención de Alcalá Zamora hubo consenso entre las diferentes fuerzas posponiendo la discusión para que se debatiera en cada estatuto. También se aprobó el derecho al voto de la mujer gracias a la decisiva intervención de Clara Campoamor.

Sin embargo, el debate más conflictivo fue el religioso, ya que el proyecto constitucional no solo establecía la plena libertad de conciencia y, por tanto la plena separación de la Iglesia y el Estado, sino que incluía medidas discriminatorias contra el clero católico., difícilmente admisibles desde los principios de la democracia liberal. Se establecía la disolución de todas las órdenes religiosas, la nacionalización de sus bienes y la limitación de las actividades de culto al interior de los templos. Finalmente se suavizaron algo las medidas con apoyo socialista tras un decisivo discurso de Azaña. Como resultado las minorías agraria y vasco-navarra se retiraron de las Cortes ya que la Constitución “antirreligiosa y antisocial” que iba a aprobarse no podía ser la suya. Alcalá Zamora y Maura, católicos, dimitieron como ministros.

Así, el 9 de diciembre de 1931 la Constitución de la República Española fue aprobada con 368 votos a favor y ninguno en contra (debido a la retirada de las minorías no republicanas). Indudablemente democrática, la nueva Constitución presentaba el defecto de entrar a dirimir cuestiones, como la religiosa, acerca de las cuales no existía un amplio consenso en la sociedad española. No se recurrió al referéndum que hubiera podido determinar el apoyo popular con el que la Constitución contaba, ni tampoco se disolvieron las Cortes Constituyentes para dar al pueblo la inmediata opción de pronunciarse. Da la sensación de que los diputados de 1931 tenían más interés en abordar una reforma de la sociedad española de acuerdo con sus ideas que en asegurar el arraigo de la República.
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