Diversos factores explican que la dictadura militar empezara a contemplarse como una solución a la crisis del país entre la alta burguesía, gran parte de las clases medias y el Ejército, llegando a considerar al golpe casi como “inevitable” en un clima favorable al intervencionismo militar:
Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, se sublevó el 13 de septiembre de 1923. El golpe contó inmediatamente con la comprensión y el apoyo del rey Alfonso XIII. La resistencia al golpe militar fue nula exceptuando algunos pequeños grupos de la CNT y el PCE. La opinión pública osciló entre la indiferencia y la aprobación.
Los sublevados declararon el estado de guerra, la suspensión de las garantías constitucionales y la disolución de las Cortes. El régimen de la Constitución de 1876 era sustituido en medio de la indiferencia popular y sin apenas resistencia por una dictadura militar.
Directorio Militar (1923-1925)
Tras el golpe, el dictador Primo de Rivera se constituyó en ministro único, pasando a ser asesorado por un Directorio Militar. Tras el nuevo gobierno estaba el mismo bloque de poder que había dominado el país durante la Restauración, la oligarquía de terratenientes e industriales. El Directorio Militar tomó rápidamente medidas para cumplir sus principales objetivos:
A fines de 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera, sustituyó al Directorio Militar. Se pretendía empezar con el asentamiento de la dictadura y la institucionalización del régimen.
Tras el impulso dado a la Unión Patriótica en 1924, en 1927, se constituyó una Asamblea Nacional Consultiva, formada en su mayoría por miembros de Unión Patriótica elegidos por sufragio restringido. Formada por 400 miembros, se convirtió en una asamblea de representación corporativa, controlada por el gobierno, que debatía temas de orden económico y jurídico. Primo de Rivera de nuevo seguía el modelo italiano, en este caso el Consejo Fascista. Esta Asamblea fracasó rápidamente en su intento de redactar una ley fundamental que hiciera el papel de Constitución de la dictadura y mostró en numerosas ocasiones su inoperancia.
En el exterior y aparte de la Guerra de Marruecos, Primo de Rivera intentó, con grandes dificultades y sin éxito, conseguir dos grandes objetivos: la incorporación de Tánger al Protectorado Español y la obtención de un puesto en el Consejo de la Sociedad de Naciones.
En cuanto a la política económica, el desarrollismo económico y el reformismo social dan resultados en los primeros años del directorio civil, dotando de cierta legitimidad al régimen. En una coyuntura alcista, se dan unos años de prosperidad económica, con un crecimiento en la producción industrial, minera, energética (eléctrica) y un claro fomento de las obras públicas. La política del Directorio es intervencionista y con un marcado nacionalismo económico. Esta coyuntura durará hasta la crisis del 1929.
En cuanto a política social, la conflictividad laboral descendió, fruto de la bonanza y de una intensa política social en la que colaboraron activamente con la Dictadura los socialistas. También se imitó el modelo social del fascismo italiano, estableciéndose la Organización Corporativa del Trabajo, especie de sindicato que trataba de arbitrar entre patrones y obreros. De nuevo el intento de institucionalización del régimen de Primo de Rivera en este aspecto fracasó.
La oposición a la dictadura y la caída de Primo de Rivera
La oposición a la Dictadura abarcaba un amplio espectro político: algunos liberales y conservadores; republicanos, socialistas, anarquistas, intelectuales, movimiento estudiantil...
Durante el desarrollo de la dictadura, diversas conspiraciones e intentonas se desarrollaron para acabar con el régimen, sin éxito:
Tras el crash de la bolsa de Nueva York, en 1929 se llega al fin de la bonanza económica y los problemas económicos se extendieron con gran rapidez (obligando incluso a la devaluación de la peseta). Resurgen con fuerza el descontento social y los movimientos de oposición. Se acrecientan las voces disidentes en la universidad con las manifestaciones de estudiantes y profesores, y se produce una vuelta de los movimientos huelguísticos, que vino a aumentar aún más la oposición a la dictadura. Un elemento clave fue el creciente descontento en las filas del Ejército ante las arbitrariedades de Primo de Rivera.
Anciano, enfermo y sin apoyos sociales, abandonado por casi todos, el 27 enero 1930, Primo de Rivera presentó su dimisión al monarca, quién se apresuró a aceptarla. Dos meses después, el dictador fallecía en el exilio en París, produciéndose la imposibilidad de volver a la normalidad constitucional.
- Descontento del ejército tras el desastre de Annual y el afán de evitar las consecuencias del expediente Picasso para algunos importantes generales, entre ellos el general Berenguer.
- Auge de los nacionalismos periféricos y ascenso de republicanos y del movimiento obrero.
- El triunfo del fascismo en Italia tras la Marcha sobre Roma en 1922 y el ascenso al poder de Mussolini.
Miguel Primo de Rivera, Capitán General de Cataluña, se sublevó el 13 de septiembre de 1923. El golpe contó inmediatamente con la comprensión y el apoyo del rey Alfonso XIII. La resistencia al golpe militar fue nula exceptuando algunos pequeños grupos de la CNT y el PCE. La opinión pública osciló entre la indiferencia y la aprobación.
Los sublevados declararon el estado de guerra, la suspensión de las garantías constitucionales y la disolución de las Cortes. El régimen de la Constitución de 1876 era sustituido en medio de la indiferencia popular y sin apenas resistencia por una dictadura militar.
Directorio Militar (1923-1925)
Tras el golpe, el dictador Primo de Rivera se constituyó en ministro único, pasando a ser asesorado por un Directorio Militar. Tras el nuevo gobierno estaba el mismo bloque de poder que había dominado el país durante la Restauración, la oligarquía de terratenientes e industriales. El Directorio Militar tomó rápidamente medidas para cumplir sus principales objetivos:
- Prohibición de la bandera y el himno catalán y restricción de la lengua catalana al terreno privado. Su objetivo era erradicar los nacionalismos a través de una política defensiva y represiva.
- Política de "mano dura" en todo lo referente al orden público. Se busca acabar con el terrorismo anarquista y recuperar la seguridad.
- Formación de la Unión Patriótica, partido único bajo la dirección de un militar. Se trataba de seguir el modelo fascista impuesto por Mussolini en Italia. También se perseguía depurar la administración y acabar con el caciquismo propio de la Restauración.
- El Directorio también se fijó como meta restablecer la unidad militar y acabar con las disidencias en el ejército
- Uno de los grandes objetivos de Primo de Rivera fue la resolución del conflicto marroquí. El gran éxito del Directorio tuvo lugar en África. El Desembarco franco-español de Alhucemas en 1925 puso fin de la resistencia de las cábilas del Rif. Su líder Abd-el-Krim se entregó a las autoridades del Marruecos francés. El fin de la guerra en Marruecos les dio gran popularidad al dictador.
A fines de 1925, un gobierno civil, presidido por Primo de Rivera, sustituyó al Directorio Militar. Se pretendía empezar con el asentamiento de la dictadura y la institucionalización del régimen.
Tras el impulso dado a la Unión Patriótica en 1924, en 1927, se constituyó una Asamblea Nacional Consultiva, formada en su mayoría por miembros de Unión Patriótica elegidos por sufragio restringido. Formada por 400 miembros, se convirtió en una asamblea de representación corporativa, controlada por el gobierno, que debatía temas de orden económico y jurídico. Primo de Rivera de nuevo seguía el modelo italiano, en este caso el Consejo Fascista. Esta Asamblea fracasó rápidamente en su intento de redactar una ley fundamental que hiciera el papel de Constitución de la dictadura y mostró en numerosas ocasiones su inoperancia.
En el exterior y aparte de la Guerra de Marruecos, Primo de Rivera intentó, con grandes dificultades y sin éxito, conseguir dos grandes objetivos: la incorporación de Tánger al Protectorado Español y la obtención de un puesto en el Consejo de la Sociedad de Naciones.
En cuanto a la política económica, el desarrollismo económico y el reformismo social dan resultados en los primeros años del directorio civil, dotando de cierta legitimidad al régimen. En una coyuntura alcista, se dan unos años de prosperidad económica, con un crecimiento en la producción industrial, minera, energética (eléctrica) y un claro fomento de las obras públicas. La política del Directorio es intervencionista y con un marcado nacionalismo económico. Esta coyuntura durará hasta la crisis del 1929.
En cuanto a política social, la conflictividad laboral descendió, fruto de la bonanza y de una intensa política social en la que colaboraron activamente con la Dictadura los socialistas. También se imitó el modelo social del fascismo italiano, estableciéndose la Organización Corporativa del Trabajo, especie de sindicato que trataba de arbitrar entre patrones y obreros. De nuevo el intento de institucionalización del régimen de Primo de Rivera en este aspecto fracasó.
La oposición a la dictadura y la caída de Primo de Rivera
La oposición a la Dictadura abarcaba un amplio espectro político: algunos liberales y conservadores; republicanos, socialistas, anarquistas, intelectuales, movimiento estudiantil...
Durante el desarrollo de la dictadura, diversas conspiraciones e intentonas se desarrollaron para acabar con el régimen, sin éxito:
- Intentos de anarquistas y nacionalistas catalanes y vascos.
- Actuaciones de políticos dinásticos ante el rey.
- Intentona de pronunciamiento de políticos dinásticos y militares:
- La “Sanjuanada”, 24 de junio de 1926.
- Sánchez Guerra en Valencia, enero de 1929, y sublevación de los artilleros en Ciudad Real.
- Oposición del mundo intelectual, periodístico e intelectual.
Tras el crash de la bolsa de Nueva York, en 1929 se llega al fin de la bonanza económica y los problemas económicos se extendieron con gran rapidez (obligando incluso a la devaluación de la peseta). Resurgen con fuerza el descontento social y los movimientos de oposición. Se acrecientan las voces disidentes en la universidad con las manifestaciones de estudiantes y profesores, y se produce una vuelta de los movimientos huelguísticos, que vino a aumentar aún más la oposición a la dictadura. Un elemento clave fue el creciente descontento en las filas del Ejército ante las arbitrariedades de Primo de Rivera.
Anciano, enfermo y sin apoyos sociales, abandonado por casi todos, el 27 enero 1930, Primo de Rivera presentó su dimisión al monarca, quién se apresuró a aceptarla. Dos meses después, el dictador fallecía en el exilio en París, produciéndose la imposibilidad de volver a la normalidad constitucional.
Fuente: Apuntes de la asignatura, elaboración propia, http://www.historiasiglo20.org/HE/12b-1.htm