Resumen Tema: Inicio Desestabilización (1962-1969)

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nichtz5
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Resumen Tema: Inicio Desestabilización (1962-1969)

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La Protesta Social

Huelgas obreras

La primavera de 1962 sintetizó la dinámica político–social que caracterizaría a los siguientes años; por un lado se produjo una importante movilización obrera para conseguir mejoras en el contexto del fuerte crecimiento económico y, por otro, se inició una contestación al régimen que le obligó a intentar atraerse a sectores críticos con alguna iniciativa reformista.

En 1962 estalló el malestar acumulado en años anteriores. La movilización se produjo en parte en torno a la negociación colectiva. La protesta se inició en abril en la minería asturiana; en mayo los conflictos se extendían a Vizcaya y Guipúzcoa exigiendo, los trabajadores metalúrgicos, incrementos salariales. En un intento de abortar las protestas el gobierno declara el estado de excepción en ambas zonas. A lo largo de la década de los sesenta la contestación fue creciendo hasta convertirse en un elemento de preocupación esencial para el régimen. La conflictividad obrera y estudiantil fueron las principales manifestaciones de contestación durante aquellos años.

La represión era esencial para el mantenimiento del orden franquista. La movilización fue creciendo desde 1966, aunque con significativas fluctuaciones debidas a, por un lado, la represión gubernamental y, por otro, a las tensiones internas provocadas por los debates entre activistas en torno a la estrategia a seguir. Así, en la segunda mitas de 1966 y la primera de 1967 destacan las huelgas de la minería asturiana y de la empresa Bandas en Frío, en Vizcaya. Durante 1968 la conflictividad fue más dura, aunque menor en número, como consecuencia de la suspensión gubernamental de la negociación colectiva y la imposición de la congelación salarial la segunda mitad estuvo caracterizada por la disminución del número. 1969 se inició con la extensión de las huelgas por las provincias de mayor concentración y tradición obrera, a pesar de la declaración del estado de excepción en todo el territorio español y la dureza represiva que implicó, lo que significa que sin el estado de excepción la conflictividad hubiera alcanzado una elevada cota. Aunque los dirigentes franquistas insistían en la intencionalidad política de las huelgas, lo cierto es que la mayor parte de ellas estaban originadas en la voluntad de obtener mayores salarios para hacer frente a las nuevas necesidades familiares.

Orígenes de Comisiones Obreras

Teniendo como referente inmediato el sindicato clandestino Oposición Sindical Obrera las primeras comisiones obreras fueron organizadas durante los años 1960 en Asturias, Cataluña, Madrid y las provincias vascas de Guipúzcoa y Vizcaya como movimiento surgido de conflictos laborales para su dirección al margen del sistema franquista. Se trataba de órganos de representación de los trabajadores elegidos en asamblea. Fueron impulsadas por el Partido Comunista de España (PCE), movimientos cristianos obreros (JOC y HOAC) y otros colectivos opuestos al régimen franquista, lo que hizo pasar de las comisiones momentáneas surgidas de los conflictos a un movimiento estable y organizado. Su táctica fue la del entrismo, es decir: infiltrarse en los Sindicatos Verticales franquistas. Desde mediados de los años 50 se convirtió en uno de los principales movimientos de oposición, desde el interior del estado, al régimen franquista. Esta fue una de las razones por las que obtuvo importantes apoyos y consiguió la elección de delegados principalmente en las grandes fábricas y minas. Esta táctica se culminaría en las elecciones sindicales de 1975, en plena agonía del régimen franquista, donde CC. OO. conseguiría la abrumadora mayoría de los delegados elegidos en las principales empresas del país. Esto le haría arrancar con fuerza con la caída del régimen para estar a la cabeza de las numerosas huelgas y movilizaciones obreras que conquistaron los derechos sociales, políticos y laborales para la clase trabajadora.

Sindicato Democrático de Estudiantes

La Federación Universitaria Democrática Española (FUDE) fue una organización estudiantil ilegal antifranquista española, fundada en 1961 por miembros del Partido Comunista de España (PCE), la Agrupación Socialista Universitaria y el Frente de Liberación Popular, que tuvo como primer objetivo combatir dentro de las universidades la presencia de la organización vertical franquista, Sindicato Español Universitario (SEU). Alcanzó su momento de mayor implantación en 1965, coincidiendo con la desaparición del SEU. La extensión de su actividad sirvió como elemento para tratar de ampliar el número de estudiantes universitarios que se unieran a las organizaciones antifranquistas, y desde posiciones socialistas se incentivó la creación del Sindicato Democrático de Estudiantes, lo que influyó en una pérdida de protagonismo de la FUDE. En 1967, el Partido Comunista abandonó la FUDE (ya lo habían hecho el año anterior las organizaciones socialistas del interior) y destinó todos sus esfuerzos al Sindicato Democrático. En 1968 la organización desapareció, fortaleciéndose la sección estudiantil de Comisiones Obreras.

Conflictividad en el País Vasco

En Cataluña y el País Vasco resurgen los movimientos nacionalistas. En este último, un grupo de jóvenes que disienten de los planteamientos del P.N.V. crean en 1959 Euzkadi Ta Askatasuna (ETA) o "Tierra Vasca y Libertad", que se autodefine como Movimiento Revolucionario Vasco de Liberación Nacional y establece el principio de la guerra revolucionaria, con lo que se inician sus acciones violentas. El primer atentado mortal de ETA se produce en agosto de 1968 en la persona del jefe de la policía política de San Sebastián. Dos semanas más tarde, el gobierno restablecía el decreto-ley sobre represión del bandidaje y el terrorismo, por lo que pasaban a la jurisdicción militar todos los delitos socio-políticos. La oposición creció ante las medidas represivas del gobierno y el consejo de guerra de Burgos (1970) contra 16 etarras. Las nueve penas de muerte fueron conmutadas por la pena de cadena perpetua, debido sobre todo a la presión internacional, incluida la petición de clemencia del papa Pablo VI.

La acción de gobierno

El gobierno de 1962

El cambio de gobierno de julio de 1962 fue destacable desde distintas perspectivas. Por primera vez se nombró un vicepresidente, al otro capitán general Muñoz Grandes. La función de vicepresidente para sustituir a Franco era en aquellas alturas imprescindible, el dictador cumplía setenta años. Respecto al gabinete de 1957, fueron varios los ministerios que cambiaron de titular. Los que darían la imagen de renovación que giraron en torno a tres figuras principales: Gregorio López Bravo, Manuel Fraga Iribarne y José Solís Ruiz.
  • López Bravo, miembro del Opus Dei, fue nombrado ministro de Industria donde desplegó una importante iniciativa y cultivó una imagen de eficacia.
  • Manuel Fraga fue una figura central de la política franquista de la década de los sesenta, estando marcada su política ministerial por dos principios: La defensa incondicional del régimen, combinada con La propuesta de reformas, autocalificadas de aperturistas, indispensables para asegurar la continuidad del propio régimen.
  • José Solís también supo mantener su espacio político más allá del que Carrero Blanco, vicesecretario de Presidencia, hubiera deseado. Designado Ministro Secretario General del Movimiento y delegado nacional de Sindicatos en 1957, intentó impulsar sus propuestas en este nuevo gobierno para asegurar el protagonismo político del Movimiento o, al menos, evitar la pérdida de posiciones frente a los asesores de Carrero.
Los años finales de los sesenta y los principios de los setenta vinieron marcados por un fuerte crecimiento de la oposición en las fábricas, donde había renacido un sindicalismo clandestino y en las universidades. La represión fue la respuesta. La policía política, la Brigada Político-Social, no dudaba en aplicar la tortura en las comisarías. Los opositores al régimen pasaron a ser juzgados por un tribunal especialmente creado para ejecutar la represión, el Tribunal de Orden Público.

La reforma sindical

En 1964 se inició el proceso de reformas sindicales de la mano de José Solís, delegado nacional de Sindicatos, creando distintas estructuras horizontales de empresarios y trabajadores como medida de aproximación a las organizaciones sindicales libres. Esta aproximación sólo era formal ya que, como con otras medidas, los puestos que habrían permitido el acceso de los trabajadores y sus representantes a los cargos medios y superiores de la Organización Sindical estaban secuestrados por los dirigentes verticalistas. En las elecciones sindicales de 1966 los dirigentes de la OSE apostaron por abrir las estructuras de representación a los trabajadores y obtener el apoyo obrero. El movimiento obrero clandestino supo sacar partido de las nuevas condiciones para presentar a sus militantes y simpatizantes a los cargos de enlaces sindicales. Este éxito participativo acabó con la experiencia de “democracia sindical”. José Solís pretendía aumentar el consenso obrero respecto a la OSE al tiempo que esta aumentaba su peso en el Estado franquista. Esto duró poco ya que los dirigentes antifranquistas hicieron ver a los falangistas que sería imposible recluirlos en la negociación de los convenios colectivos, denunciando a la OSE como una estructura diseñada para controlar y subordinar a los trabajadores. Al mismo tiempo, Comisiones aparecía con fuerza como nuevo movimiento obrero.

José Solís continuó dando la batalla en Cortes a fin de ampliar las competencias políticas y económicas de la OSE, lo que le llevó a un enfrentamiento abierto con Carrero Blanco. Carrero elevó diferentes informes a Franco para llamar su atención sobre las excesivas prerrogativas concedidas a la OSE y pidiendo la sustitución de la Ley Convenios Colectivos por otra de Régimen Salarial.

Ley de Prensa (1966)

En 1962, Manuel Fraga Iribarne sustituye a Gabriel Arias Salgado como ministro de Información y Turismo iniciando un tímido proceso de liberalización y de reducción de las consignas que culminaría con la Ley de prensa e imprenta del 66. Lo que pretendía esta ley era crear un marco jurídico intermedio entre la restrictiva ley de Ramón Serrano Suñer y las libertades de los países democráticos de nuestro entorno. Aunque no fue una panacea, sí permitió una mayor libertad de movimiento de ideas de la que algunos medios se valieron para mostrar una actitud abiertamente más crítica con el régimen.

Ley Orgánica del Estado (1967)

La Ley Orgánica del Estado (1967) fue promulgada por un gobierno en el que la mayor parte del poder estaba en manos de la familia tecnócrata. Junto con las otras siete leyes fundamentales del régimen se consiguió el proceso de institucionalización del régimen franquista. Tiene como materia fundamental: La separación de cargos de Jefe del Estado y Jefe de Gobierno, aunque eso no impidió que Franco siguiera ostentando los dos hasta 1972; aumento del número de procuradores de las Cortes, incorporando los 102 del tercio familiar; asentamiento de la institución monárquica en España y Contemplación de la posibilidad de crear asociaciones políticas.

La política exterior

Coloquio de Múnich de 1962

En los años sesenta las manifestaciones y actuaciones antifranquistas brotan en diversos sectores de la sociedad. El hecho más significativo fue lo que la prensa oficial llamó el "contubernio de Múnich": Salvador de Madariaga, intelectual español exiliado y presidente de la Internacional Liberal, organizó la asistencia de personalidades españolas al IV Congreso del Movimiento Europeo, que tuvo lugar en junio de 1962. A él asistieron 80 figuras de la oposición interior y 38 del exilio, de todas las tendencias políticas con la única exclusión de los comunistas. El Congreso redactó una resolución en la que se exigía para ingresar en los organismos europeos, la legitimidad democrática. El régimen de Franco, después de Munich, intensificó la represión y el número de detenciones, culminando el proceso con la ejecución del comunista Julián Grimau en abril de 1963. Tampoco resultaron fructíferas las negociaciones con la C.E.E.: el carácter dictatorial del régimen lo hacían incompatible con los principios que inspiraban el Tratado de Roma de 1957. Sólo en 1970 se logró un acuerdo preferencial.

Revisión de los Pactos con Estados Unidos

En la revisión de los pactos con Estados Unidos de 1963 Castiella ordenó al embajador en Washington, Antonio Garrigues, mantenerse firme en el propósito de mejorar el nivel de los acuerdos, tanto en la ayuda económica como en el status, al querer convertir Castiella los convenios en tratado de cooperación; Castiella quería aprovechar la negociación para buscar el apoyo diplomático en materias como el Mercado Común o Gibraltar, y también que fuera admitida la solicitud de incorporación a la OTAN. El fracaso del ministro fue absoluto, ya que los norteamericanos eran conscientes de la debilidad franquista y mantuvieron sus ofertas; ante esto el gobierno dio instrucciones para que se aceptara la oferta americana.

Gibraltar

La cuestión gibraltareña, desde 1964, pasó a ocupar un lugar relevante en la política exterior del régimen: después de diversas resoluciones, la Asamblea General de la ONU resolvía el pleito hispano-inglés a favor de España abogando por la descolonización. Pero la negativa actitud británica ante esta resolución llevó a un cierre de la frontera en 1968.

Descolonización en África

La descolonización se hizo a destiempo y de forma poco adecuada: En 1956, Marruecos obtenía la independencia, pero el territorio de Ifni quedaba bajo soberanía española. Este hecho provocará un incidente bélico en 1957-58 hasta que el territorio fue cedido a Marruecos en 1969. La descolonización del Sahara fue foco de conflicto y sigue siéndolo hasta nuestros días. Con Guinea el proceso descolonizador que culmina en 1968, desembocó en una dictadura brutalmente antiespañola.

La Sucesión

El día 22 de julio de 1969 se presentó a las Cortes la proposición de designar a Juan Carlos como sucesor de Franco a título de rey. La votación fue de 491 votos favorables, 19 en contra y 9 abstenciones. Al día siguiente Juan Carlos juró en las Cortes lealtad a Franco, a los Principios del movimiento Nacional y a las Leyes Fundamentales, ostentando hasta la sucesión el título de Príncipe de España. El acto sancionó la ruptura con la legitimidad dinástica y la afirmación de la legalidad franquista. El nombramiento de don Juan Carlos no resolvió la mayoría de los problemas que el régimen tenía planteados en ese momento. El nombramiento, además, había puesto sobre el tablero las tensiones entre los franquistas pero también, y cada vez era más importante, la contestación social se hacía más extensa y profunda, siendo el régimen incapaz de controlar la situación.


Fuente: http://www.historiasiglo20.org/HE/15.htm, http://www.wikipedia.org/, http://www.lfmadrid.net/RAPSODEL/wp-con ... quismo.pdf, Apuntes de la asignatura, Elaboración Propia
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