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Resumen Tema: Surrealismo

Publicado: 19 May 2013, 13:33
por nichtz5
Origen

El Surrealismo comienza en 1924 en París con la publicación del "Manifiesto Surrealista" de André Breton, quien estimaba que la situación histórica de posguerra exigía un arte nuevo que indagara en lo más profundo del ser humano para comprender al hombre en su totalidad. Siendo conocedor de Freud pensó en la posibilidad que ofrecía el psicoanálisis como método de creación artística.

Características y Temas

Para los surrealistas la obra nace del automatismo puro, es decir, cualquier forma de expresión en la que la mente no ejerza ningún tipo de control. Intentan plasmar por medio de formas abstractas o figurativas simbólicas las imágenes de la realidad más profunda del ser humano, el subconsciente y el mundo de los sueños. Para lo que utilizan recursos como: animación de lo inanimado, aislamiento de fragmentos anatómicos, elementos incongruentes, metamorfosis, máquinas fantásticas, relaciones entre desnudos y maquinaria, evocación del caos, representación de autómatas, de espasmos y de perspectivas vacías. El pensamiento oculto y prohibido será una fuente de inspiración, en el erotismo descubren realidades oníricas, y el sexo será tratado de forma impúdica. Se interesaron además por el arte de los pueblos primitivos, el arte de los niños y de los dementes. Preferirán los títulos largos, equívocos, misteriosos, lo que significa que importaba más el asunto que la propia realización.

En torno al núcleo surrealista se mueven un gran número de artistas, hombres y mujeres de fuerte personalidad que adaptan el Surrealismo a lo aquello que les interesa desde un punto de vista personal. Entre los temas más usados encontramos los autorretratos como animales, paisajes como espacios de ensoñación y naturalezas muertas a modo de bodegón surrealista.

Precedentes

Los pintores se encontraron con precedentes en Los caprichos de Goya, en el Bosco y Valdés Leal, aunque los más inmediatos deben buscarse en el movimiento Dada y en Giorgio de Chirico, creador de la pintura metafísica. Chirico crea un mundo enigmático que es reflejo de la desolación provocada por la guerra, que se percibe inquietante y desolador. La pintura de Chirico es el principal antecedente del surrealismo.

Vertientes

En el Surrealismo observamos dos vertientes: El surrealismo abstracto, donde artistas como Tanguy o Miró crean universos figurativos personales a partir del automatismo más puro; y el surrealismo figurativo, donde Ernst, Magritte o Dalí se interesan más por la vía onírica, con obras que exhiben un realismo fotográfico, aunque totalmente alejadas de la pintura tradicional.

Surrealismo Figurativo: Ernst, Dali y Magritte

Ernst: se hizo rápido con el liderazgo pictórico del surrelismo, usando un estilo que se centra en dar vida en imágenes prestadas al relato surrealista, derribando tópicos y desmintiendo la razón, para lo que recurre al collage. Así, en los collages de Ernst se crea una fisura en la lógica de la representación, por lo que el significado se pierde en múltiples sugerencias. Quedan por tanto descontextualizados los convencionalismos tradicionales de la imagen, y por otra quedan libres los instintos primordiales de deseo y muerte, radicando aquí la característica metáfora surrealista. Hubo muchos seguidores de Ernst, aunque a partir de 1925 tanto él como toda la pintura surrealista cambiaron de orientación para abordar dos tendencias: o bien el desarrollo de un arte semiabstracto o bien de imágenes de vocabulario figurativo que son representaciones de sueños o visiones fantásticas construidas con elementos tomados de la realidad.

Dalí: La otra tendencia a partir de 1925 fue la figurativa y se basó en la representación de sueños y visiones, entre la que destacó Magritte, Frida Kahlo y otros tantos pintores entre los que estuvo incluso Picasso, aunque el más sobresaliente será Dalí. Esta tendencia de hecho pareció hacer declinar a la abstracta, pues a partir de los años 30 incluso Breton pareció avalarla, cuando por otra parte parece que en esos momentos en todo el mundo del arte aparece un retorno a la figuración y a presupuestos más clásicos. Salvador Dalí se inicia como surrealista ya en 1929, cuando después de haberse instalado en París conoce a su musa, Gala, y se integra en el grupo exhibiendo obras como El hombre invisible en las que los objetos aparecen perfectamente representados (de hecho con una extraordinaria pericia y realismo), pero conjugando el misterio y la ambigüedad en las relaciones que mantienen entre sí en el lienzo. Dalí llegó de hecho a proponer su propio método, el crítico-paranoico, con el que logra una obra simbólica lejos de la tiranía de la racionalidad común donde campa la anamorfosis, el doble sentido e imagen, el trampantojo, la belleza, el asco, el amor y la muerte… yuxtaponiendo formas blandas e insectos, rígidos paisajes, acantilados o estatuas. En este sistema daliniano se enmarcan obras como El enigma de Hitler o El gran masturbador, cuadros que siguió realizando cuando fue expulsado del grupo en 1934, aunque a partir de su llegada a EE.UU. parece que adoptó una vía calificada a veces de Pop en la que se centró en la construcción de su personaje artístico por encima de su obra, deviniendo una marca registrada que tras volver a España parece retornar a un arte cada vez más tradicional.

Magritte: El belga Magritte es también un pintor representativo de esta última etapa surrealista, pues sus principios ligados a la ilustración popular le llevaron a definir un estilo límpido y simple que fue juzgado por los surrealistas ortodoxos como poco subjetivo y banal. En su obra posa preguntas casi filosóficas sobre la paradoja de la imagen y la realidad, pues trabaja en la fisura de sentido entre ambos, como es evidente en obras como Ceci n`est pas une pipe. En otras obras como La violación aparece un trampantojo que trata de unir cuerpo y rostro en una imagen que es de ambos y de ninguno al mismo tiempo, aludiendo quizá a la violación de sentido que supone considerar a la mujer como mero objeto sexual sin atender a su identidad como persona, aunque en otras obras la interpretación es desde luego mucho más hermética que en las que acabamos de mencionar.

Surrealismo Abstracto: Miro y Tanguy

Miró: Las técnicas procedentes del automatismo gráfico dominan, configurando así una suerte de surrealismo abstracto que confluye con la obra de Klee al que se adscriben además de Ernst otros como Breton, Miró o Masson. Este último demostró que a partir del automatismo se podía llegar a crear una imagen, que se podía crear un puente entre el inconsciente y el consciente en una suerte de proceso de metamorfosis. Miró aunó un sentido del color primario y el amor a lo primitivo (en este caso su paisaje mediterráneo natal) con el simbolismo surrealista para crear obras tempranas como La Masía (1921), que a partir de 1925 muestran ya un vocabulario personal resultante de la radicalización de los hallazgos anteriores. En El nacimiento del mundo o en El carnaval de Arlequín encontramos un fondo simplificado sobre el que hay una serie de criaturas numerosas y pequeñas que con el paso del tiempo serán sustituidas por figuras menos numerosas y más grandes de significados más abiertos o con giros de sinécdoque. De hecho El nacimiento del mundo le granjeó su acceso al grupo surrealista y aunque Breton siempre desconfió de su supuesta incapacidad teórica y literaria, en realidad fue el pintor favorito de los poetas del grupo.

Tanguy: Las características de la obra de este autor testimonian la aspiración surrealista a mostrar universos desconocidos, pero verosímiles, gracias al arte ilusionista de la pintura. Su vocación se manifestó súbitamente en 1923 cuando vio por casualidad un cuadro de De Chirico. Se lanzó entonces a una intensa exploración interior que le permitió enlazar muy bien con los surrealistas, a los cuales se unió en 1925. Fueron ellos los que le estimularon a desarrollar un estilo personal que empezó a manifestarse en 1926 con obras como La tormenta. Al mirar esta pintura no sabemos dónde nos encontramos: extraños signos filiformes flotan en un espacio subacuático o tal vez perteneciente a algún imaginario universo sideral. Tanguy mantuvo siempre este carácter onírico. En cuadros ulteriores como La extinción de las especies II presenta objetos más macizos y nítidos, con sombras alargadas que se proyectan en un plano de base aparentemente blando y de extensión indefinida. No sabríamos decir qué son esos seres pintados, pero nadie se atrevería a negar su existencia material. En cualquier caso, estas obras nos muestran el paso desde el automatismo hasta la construcción de la imagen surreal, en sintonía con la evolución misma del movimiento al que Tanguy perteneció. Otras obras: La tormenta, La extinción de las especies II, Divisibilidad indefinida…

Fuente: Apuntes de la asignatura, UUDD, http://www.wikipedia.org, http://clio.rediris.es/n33/n33/arte/22Vanguar.pdf, http://www.arteespana.com