Viollet Le duc-Restaurador e inventor...
- makau
- Tribuno
- Mensajes: 5088
- Registrado: 27 Oct 2008, 15:43
- Ubicación: PAÍS VALENCIÀ
- Contactar:
Viollet Le duc-Restaurador e inventor...
Qué opinión os merece?, imponía la supuesta superioridad del gótico sobre los demás estilos cargándose detalles del renacimiento o clasicismo en sus restauraciones, vamos, que se inventó las restauraciones y nos privó a los futuros mortales la posibilidad de apreciar los diversos estilos y huellas en el tiempo. o no?
Última edición por makau el 11 Nov 2009, 18:47, editado 1 vez en total.
Obri els ulls...un pueblo ignorante suele votar a un Gobierno ignorante
- maniatica
- Equite
- Mensajes: 3468
- Registrado: 24 Oct 2008, 10:04
Re: Viollet Le duc-Restaurador e inventor...
makau escribió:Qué opinión os merece?, imponía la supuesta superioridad del gótico sobre los demás estilos cargándose detalles del renacimiento o clasicismo en sus restauraciones, vamos, que se inventó las restauraciones y nos privó a los futuros mortales la posibilidad de apreciar los diverso estilos y huellas en el tiempo. o no?
interesante debate, qué pena que tenga que ponerme ahora mismito con las revoluciones del siglo pasado (xd, tengo que dedicarle más tiempo al arte )
Lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida.
- makau
- Tribuno
- Mensajes: 5088
- Registrado: 27 Oct 2008, 15:43
- Ubicación: PAÍS VALENCIÀ
- Contactar:
- Stone
- Cartaginés
- Mensajes: 1804
- Registrado: 23 Oct 2008, 19:37
- Ubicación: En el Paraiso
Es que estoy con el maravilloso impresionismo, he dejado la arquitectura para cuando acabe con la pintura y escultura (ya me queda poquito) y no puedo opinar (aunque tampoco aseguro que después pueda hacerlo)
¿Os he dicho que me encanta el impresionismo?
¿Os he dicho que me encanta el impresionismo?
"El noventa por ciento del éxito se basa simplemente en insistir" - Woody Allen
- makau
- Tribuno
- Mensajes: 5088
- Registrado: 27 Oct 2008, 15:43
- Ubicación: PAÍS VALENCIÀ
- Contactar:
A mi también me encata!!!!!! pero reconozco que tengo que repasarlo porque no tengo un buen argumentario académico todavíaStone escribió:Es que estoy con el maravilloso impresionismo, he dejado la arquitectura para cuando acabe con la pintura y escultura (ya me queda poquito) y no puedo opinar (aunque tampoco aseguro que después pueda hacerlo)
¿Os he dicho que me encanta el impresionismo?
Obri els ulls...un pueblo ignorante suele votar a un Gobierno ignorante
- Stone
- Cartaginés
- Mensajes: 1804
- Registrado: 23 Oct 2008, 19:37
- Ubicación: En el Paraiso
- tolls
- Tribuno
- Mensajes: 6055
- Registrado: 23 Oct 2008, 11:07
- Hylenna
- Administrador
- Mensajes: 26376
- Registrado: 19 Oct 2008, 20:48
- Ubicación: Madrid
- Contactar:
Pues yo creo ya he leído el tema en el que mencionan al tipo ese, pero como si no.... porque no me estoy quedando con nada
Pato, lo que dices de que se cargó cosas en las restuaraciones, viene en el libro del Cauce de la Memoria?
Pato, lo que dices de que se cargó cosas en las restuaraciones, viene en el libro del Cauce de la Memoria?
La oficina tiene 80m2; el mundo, 51 millones de hectáreas
El cerebro no es un vaso que hay que llenar, sino una chispa que hay que encender - Plutarco
No te entretengas con tonterías, que las hay, y vete a buscar lo que te haga feliz, que el tiempo corre muy deprisa!
El cerebro no es un vaso que hay que llenar, sino una chispa que hay que encender - Plutarco
No te entretengas con tonterías, que las hay, y vete a buscar lo que te haga feliz, que el tiempo corre muy deprisa!
- pinin
- Cuestor
- Mensajes: 9424
- Registrado: 23 Oct 2008, 08:43
- Ubicación: Butaca de patio
-
- Esclavo romano
- Mensajes: 2200
- Registrado: 17 Sep 2009, 16:53
Yo he visto en Francia muchas construcciones restauradas por él, desde Notre- Dame de París a Mont-Saint-Michel, la Sainte Chapelle, la iglesia de la Madeleine en Vezelay, Saint Sernin de Toulousse y la ciudadela de Carcassonne y la verdad es que puede que tengas razón que se pasó poniendo detalles, pináculos, y chorradillas varias, pero gracias a él se mantienen en pie y nos podemos imaginar cómo era aquello en su esplendor. No sé, es como todo, hay gente que prefiere ver ruinas y hay quien desearía estar frente al edificio reconstruido. A mí no me disgustaría ver cómo fue realmente la Acrópolis de Atenas, con su policromía y todo, aunque suene a barbaridad.makau escribió:Nadie entra al quite?
- Jose-Luis
- Fenicio
- Mensajes: 1376
- Registrado: 23 Oct 2008, 08:51
A ver sobre Violet Le-Duc hay mucho que hablar, porque por una lado mantiene, efectivamente, el gótico como arte medieval y en cierta forma, sólo en cierta forma, reinventa el propio arte medieval. Por otro lado ha sido de los teóricos que puesieron sobre la mesa el debate de la restauración arquitectónica, y a partir de él ese debate fue muy intenso y beneficioso para la arquitectura.makau escribió:Nadie entra al quite?
Continuaremos
- Jonis
- Musteriense
- Mensajes: 188
- Registrado: 13 Dic 2008, 20:21
- Ubicación: bajo un tamarindo
Mi experiencia directa con el señor Le Duc se centra en la ciudadela de Carcassone. Lo mejor que se puede decir es que gracias a su retauracion se salvo la ciudadela de una ruina absoluta. Sin embargo, sus rerstauración, en muchos elementos, se puede calificar como minimo de fantasiosa. El error más flagrante fue poner cubiertas de pizarra (tipicas de las fortificaciones del norte de Francia) a muchas torres que nunca las tuvieron. Ademas, añadio muchos elementos innexistentes, solo pq quedaban bien o eran "logicos" para el. Como ejemplo señalar la "Torre de la justicia" una torre medieval a la que le pone ventana, escalera de caracol, cubierta de pizarra...desvirtuandola totalmente.
Personalmente considero este tipo de restauraciones, que responden a una vision romantica de la edad Media y d elos castillos, como algo equivocado e incluso condenable desde el punto de vista historiografico actual, aunque comprensibles para la mentalidad de la epoca en que se realizaron. Hoy en dia se pueden realizar, y se realizan, restauraciones aplicando metodos que reforzando las estructuras, dejan claramente a la vista la diferencia entre el material moderno y el antiguo...
p.d. y perdon por el rollito
Personalmente considero este tipo de restauraciones, que responden a una vision romantica de la edad Media y d elos castillos, como algo equivocado e incluso condenable desde el punto de vista historiografico actual, aunque comprensibles para la mentalidad de la epoca en que se realizaron. Hoy en dia se pueden realizar, y se realizan, restauraciones aplicando metodos que reforzando las estructuras, dejan claramente a la vista la diferencia entre el material moderno y el antiguo...
p.d. y perdon por el rollito
\"La guerra es la actividad mas despreciable del ser humano...llevada a cabo por los mas despreciables de los seres humanos\" M. Gandhi<div style=\'text-align:center\'>
- makau
- Tribuno
- Mensajes: 5088
- Registrado: 27 Oct 2008, 15:43
- Ubicación: PAÍS VALENCIÀ
- Contactar:
Muy interesante Jonis, aquí podemos entrar en debate sobre el tipo de restauración que se ha de realizar, respetando, inventando, reconstruyendo como debería o podía haber sido... yo se de uno con nombre de pintor francés que sabe algo de esto...
Pinin no van por ahí los tiros, tiene algo de nacionalista como todos los estilos en el romántico, pero elige "más o menos" el estilo gótico-medieval sobre los demás estilos y a la vez como estilo nacional...más o menos siempre porque existen muchos matices
Pinin no van por ahí los tiros, tiene algo de nacionalista como todos los estilos en el romántico, pero elige "más o menos" el estilo gótico-medieval sobre los demás estilos y a la vez como estilo nacional...más o menos siempre porque existen muchos matices
Obri els ulls...un pueblo ignorante suele votar a un Gobierno ignorante
- Jonis
- Musteriense
- Mensajes: 188
- Registrado: 13 Dic 2008, 20:21
- Ubicación: bajo un tamarindo
Bien, personalmente soy partidario en principio de la resturacion, es innegable que debemos preservar los edificios, monumentos, obras de arte de la degradacion para asegurar su superviviencia. Creo que las tendencias actuales se centran en realizar unas intervenciones lo menos agresivas posible utilizando materiales que consoliden pero que sean facilmente difernecibles para que no se produzcan errores d einterpretación en el futuro. En cuanto a "invenciones" "interpretaciones" o "recreaciones" varias, estoy bastante en contra ya que creo que tergiversan y dificultan la lectura historicamakau escribió:Muy interesante Jonis, aquí podemos entrar en debate sobre el tipo de restauración que se ha de realizar, respetando, inventando, reconstruyendo como debería o podía haber sido... yo se de uno con nombre de pintor francés que sabe algo de esto...
Pinin no van por ahí los tiros, tiene algo de nacionalista como todos los estilos en el romántico, pero elige "más o menos" el estilo gótico-medieval sobre los demás estilos y a la vez como estilo nacional...más o menos siempre porque existen muchos matices
\"La guerra es la actividad mas despreciable del ser humano...llevada a cabo por los mas despreciables de los seres humanos\" M. Gandhi<div style=\'text-align:center\'>
- gericault
- Gravetiense
- Mensajes: 301
- Registrado: 23 Oct 2008, 13:49
Hola!!!!
En vez de abrir un hilo nuevo recupero este.
Lo cierto es que la importancia de Violet-le-Duc en el campo de la restauración arquitectónica y puesta en valor del lenguaje gótico, tremendamente denostado por los neoclásicos, es indiscutible. Numerosas edificaciones se salvaron de la ruina y el olvido gracias a las intervenciones de Le-Duc, véase la Ciudadela de Carcassone.
Pero esto no quita para que efectuemos una crítica en torno al método empleado por este autor. La remoción de elementos prístinos, aunque no vinculados al primer estilo empleado, no se puede justificar de ninguna de las maneras. Un edificio no es gótico, ni barroco, ... , un edificio es un "ente" vivo, que nace y evoluciona, madura y mengua, pero los humanos tenemos el don de devolverlos a la vida con añadiduras, enriqueciendo su patrimonio, tanto mueble, como lo que nos toca en esta disertación, inmueble.
El concepto de historicidad, unido a otros como autenticidad o funcionalidad, marcan el carácter de estos edificios. Que derecho tenemos a eliminar aquellos aspectos o elementos que interactúan con el espectador, haciéndole conocedor de las vicisitudes por las que ha pasado el edificio en cuestión?
Viollet, como buen "goticista" y con una idea tremendamente romántica (ya sabemos que los románticos, influenciados por las ideas de Rousseau y Voltaire, en busca del estilo de vida salvaje, una vida no tan "mecanizada" y protocolaria como la ilustrada, recurren a la "época oscura" de la historia para inspirarse.... no en vano, la gran meta de los viajes románticos era España) altera el lenguaje de la arquitectura que toca, mostrando lo que el entiende por edificio gótico. Su misión es "devolver el edificio a su estado original, aunque este estado nunca hubier existido".
La cuestión es: fue una figura importante para la arquitectura? Por supuesto, eso nadie lo negará. Él, junto con Winckelmann, Ruskin y el posterior Cesare Brandi, entre muchos otros, son los padres del Arte, la Arqueología y la Restauración del Patrimonio. Pero, son lícitas sus intervenciones? Evidentemente, no. La correcta lectura de edificios como la Catedral de Notre-Dame, se han perdido para siempre, es irrecuperable y eso, para los amantes del arte, es una desgracia.
Besos!!!
En vez de abrir un hilo nuevo recupero este.
Lo cierto es que la importancia de Violet-le-Duc en el campo de la restauración arquitectónica y puesta en valor del lenguaje gótico, tremendamente denostado por los neoclásicos, es indiscutible. Numerosas edificaciones se salvaron de la ruina y el olvido gracias a las intervenciones de Le-Duc, véase la Ciudadela de Carcassone.
Pero esto no quita para que efectuemos una crítica en torno al método empleado por este autor. La remoción de elementos prístinos, aunque no vinculados al primer estilo empleado, no se puede justificar de ninguna de las maneras. Un edificio no es gótico, ni barroco, ... , un edificio es un "ente" vivo, que nace y evoluciona, madura y mengua, pero los humanos tenemos el don de devolverlos a la vida con añadiduras, enriqueciendo su patrimonio, tanto mueble, como lo que nos toca en esta disertación, inmueble.
El concepto de historicidad, unido a otros como autenticidad o funcionalidad, marcan el carácter de estos edificios. Que derecho tenemos a eliminar aquellos aspectos o elementos que interactúan con el espectador, haciéndole conocedor de las vicisitudes por las que ha pasado el edificio en cuestión?
Viollet, como buen "goticista" y con una idea tremendamente romántica (ya sabemos que los románticos, influenciados por las ideas de Rousseau y Voltaire, en busca del estilo de vida salvaje, una vida no tan "mecanizada" y protocolaria como la ilustrada, recurren a la "época oscura" de la historia para inspirarse.... no en vano, la gran meta de los viajes románticos era España) altera el lenguaje de la arquitectura que toca, mostrando lo que el entiende por edificio gótico. Su misión es "devolver el edificio a su estado original, aunque este estado nunca hubier existido".
La cuestión es: fue una figura importante para la arquitectura? Por supuesto, eso nadie lo negará. Él, junto con Winckelmann, Ruskin y el posterior Cesare Brandi, entre muchos otros, son los padres del Arte, la Arqueología y la Restauración del Patrimonio. Pero, son lícitas sus intervenciones? Evidentemente, no. La correcta lectura de edificios como la Catedral de Notre-Dame, se han perdido para siempre, es irrecuperable y eso, para los amantes del arte, es una desgracia.
Besos!!!
<B>Me niego a esperar que me traigan de regalo la luna, prefiero mirar la estrellas que tienen luz propia</B>
- gericault
- Gravetiense
- Mensajes: 301
- Registrado: 23 Oct 2008, 13:49
A ver, tengo algunos comentario que realicé el año pasado para una asigntura del máster, y eran sobre este mismo tema. Os dejo algunos:
"LA HISTORIA INTERMINABLE
Aunque las discusiones en torno a las teorías de Viollet-le-Duc y Ruskin parecen que han quedado obsoletas, más propias de tertulias de corte decimonónico que de los años que corren, es indudable el peso y la influencia de estos teóricos en el ideario de la disciplina que se ha convertido en el motor de nuestro estudio y trabajo. De echo, no debemos llevarnos a engaño, términos utilizados con asiduidad por profesionales de la restauración como pueden ser la reintegración pictórica siguiendo la técnica ilusionista o la “ne rien faire”, no dejan de ser claros paralelismos de los postulados de Le-Duc y Ruskin, ambos diametralmente opuestos, el primero abogando por la pureza de estilos y la vuelta al lenguaje primigenio, es decir, la devolución a la obra del esplendor que en antaño poseyó, el segundo defendiendo la protección de la ruina como claro testigo del paso inexorable del tiempo por la obra de arte, vista como un ente vivo condenado, al igual que el ser humano, a desaparecer.
Evidentemente, tales teorías no son ya más que un recuerdo de los inicios de la conciencia de la protección del patrimonio, la semilla a la cual debemos las posteriores cartas, leyes y organizaciones como el ICOM, ICCROM o ICOMOS, que en su afán por preservar nuestro pasado, velan por la integridad de bienes muebles e inmuebles. Somos los herederos de estos primeros teóricos, los continuadores de la lucha por la defensa del patrimonio, nuestra misión principal es la de reciclar, renovar y actualizar sus postulados, haciendo uso de la tecnología a nuestro alcance, conjugándola con las posibles fuentes que faciliten nuestro trabajo.
La idea de la reintegración cromática discernible se inculca en los futuros restauradores desde sus primeros pasos en esta disciplina, el respeto hacia el espectador es fundamental, haciendo de la reintegración una técnica que debe resultar integradora, fundiéndose con el original, pero al mismo tiempo discernible, sin caer en el falseado y el engaño. Pero como todo, la teoría generaliza, marca unas pautas que se definen como los criterios básicos de una buena reintegración, y no contempla ciertas peculiaridades, porque ¿qué hacer ante una obra de culto religioso o una obra de una colección privada? ¿o cuándo nuestro trabajo se encuentra supeditado a las directrices marcadas por aquel que se erige como nuestro supervisor? Evidentemente, en esta segunda cuestión el campo de actuación se ve muy limitado y este deja muy pocas posibilidades, por lo que en la gran mayoría de los casos la única posibilidad es desarrollar la técnica exigida, pero ¿qué hacer en el primer caso? Se plantean aquí una serie de dudas que lo que demuestran es que, más allá de postulados, técnicas y teorías, es la obra de arte la que guiará nuestros pasos y demandará, dependiendo de su estado, propietarios y situación, una intervención u otra, siendo por ello cada obra un “espécimen” único, merecedor de todos nuestros desvelos y de un proyecto de intervención exhaustivo y personalizado, sólo aplicable a la obra que nos ocupe.
Dicen que los extremos nunca son buenos, y Violet-le-Duc y Ruskin son el blanco y el negro de un amplio espectro de teóricos erigidos como adalides en defensa del legado de generaciones de artistas y genios de diferentes épocas y culturas. Personajes como Giovannoni o Boito han intentado interceder entre las extremistas teorías comentadas, buscando un punto intermedio, el equilibrio entre la ruina y “el lifting”. A personajes como Franceschini, fundador de la comisión que lleva su nombre, le debemos el concepto de Bienes de Interés Cultural, que sustituye al ya anticuado Monumentos Históricos, y la clasificación de los mismos según su naturaleza, y en nuestro país tenemos leyes como la Ley del Patrimonio Histórico-Artístico Español del año 1985 que regula su conservación.
Pero es que el arte es imprevisible, como lo es el ser humano que lo crea, por lo que se hace casi imposible establecer límites en la actuación del restaurador, sin caer por ello en el encorsetado de su trabajo. Definitivamente, es la obra de arte la que establecerá el diálogo por el que revelará, al restaurador que se ocupe de ella, la mejor manera de intervenirla, y esto no será posible a menos que el restaurador, dotado de una sensibilidad e intuición especial, esté dispuesto a escucharla."
"LA HISTORIA INTERMINABLE
Aunque las discusiones en torno a las teorías de Viollet-le-Duc y Ruskin parecen que han quedado obsoletas, más propias de tertulias de corte decimonónico que de los años que corren, es indudable el peso y la influencia de estos teóricos en el ideario de la disciplina que se ha convertido en el motor de nuestro estudio y trabajo. De echo, no debemos llevarnos a engaño, términos utilizados con asiduidad por profesionales de la restauración como pueden ser la reintegración pictórica siguiendo la técnica ilusionista o la “ne rien faire”, no dejan de ser claros paralelismos de los postulados de Le-Duc y Ruskin, ambos diametralmente opuestos, el primero abogando por la pureza de estilos y la vuelta al lenguaje primigenio, es decir, la devolución a la obra del esplendor que en antaño poseyó, el segundo defendiendo la protección de la ruina como claro testigo del paso inexorable del tiempo por la obra de arte, vista como un ente vivo condenado, al igual que el ser humano, a desaparecer.
Evidentemente, tales teorías no son ya más que un recuerdo de los inicios de la conciencia de la protección del patrimonio, la semilla a la cual debemos las posteriores cartas, leyes y organizaciones como el ICOM, ICCROM o ICOMOS, que en su afán por preservar nuestro pasado, velan por la integridad de bienes muebles e inmuebles. Somos los herederos de estos primeros teóricos, los continuadores de la lucha por la defensa del patrimonio, nuestra misión principal es la de reciclar, renovar y actualizar sus postulados, haciendo uso de la tecnología a nuestro alcance, conjugándola con las posibles fuentes que faciliten nuestro trabajo.
La idea de la reintegración cromática discernible se inculca en los futuros restauradores desde sus primeros pasos en esta disciplina, el respeto hacia el espectador es fundamental, haciendo de la reintegración una técnica que debe resultar integradora, fundiéndose con el original, pero al mismo tiempo discernible, sin caer en el falseado y el engaño. Pero como todo, la teoría generaliza, marca unas pautas que se definen como los criterios básicos de una buena reintegración, y no contempla ciertas peculiaridades, porque ¿qué hacer ante una obra de culto religioso o una obra de una colección privada? ¿o cuándo nuestro trabajo se encuentra supeditado a las directrices marcadas por aquel que se erige como nuestro supervisor? Evidentemente, en esta segunda cuestión el campo de actuación se ve muy limitado y este deja muy pocas posibilidades, por lo que en la gran mayoría de los casos la única posibilidad es desarrollar la técnica exigida, pero ¿qué hacer en el primer caso? Se plantean aquí una serie de dudas que lo que demuestran es que, más allá de postulados, técnicas y teorías, es la obra de arte la que guiará nuestros pasos y demandará, dependiendo de su estado, propietarios y situación, una intervención u otra, siendo por ello cada obra un “espécimen” único, merecedor de todos nuestros desvelos y de un proyecto de intervención exhaustivo y personalizado, sólo aplicable a la obra que nos ocupe.
Dicen que los extremos nunca son buenos, y Violet-le-Duc y Ruskin son el blanco y el negro de un amplio espectro de teóricos erigidos como adalides en defensa del legado de generaciones de artistas y genios de diferentes épocas y culturas. Personajes como Giovannoni o Boito han intentado interceder entre las extremistas teorías comentadas, buscando un punto intermedio, el equilibrio entre la ruina y “el lifting”. A personajes como Franceschini, fundador de la comisión que lleva su nombre, le debemos el concepto de Bienes de Interés Cultural, que sustituye al ya anticuado Monumentos Históricos, y la clasificación de los mismos según su naturaleza, y en nuestro país tenemos leyes como la Ley del Patrimonio Histórico-Artístico Español del año 1985 que regula su conservación.
Pero es que el arte es imprevisible, como lo es el ser humano que lo crea, por lo que se hace casi imposible establecer límites en la actuación del restaurador, sin caer por ello en el encorsetado de su trabajo. Definitivamente, es la obra de arte la que establecerá el diálogo por el que revelará, al restaurador que se ocupe de ella, la mejor manera de intervenirla, y esto no será posible a menos que el restaurador, dotado de una sensibilidad e intuición especial, esté dispuesto a escucharla."
Última edición por gericault el 14 Mar 2010, 13:37, editado 1 vez en total.
<B>Me niego a esperar que me traigan de regalo la luna, prefiero mirar la estrellas que tienen luz propia</B>
- celta
- Cartaginés
- Mensajes: 1619
- Registrado: 26 Oct 2008, 20:10
- Ubicación: país valencià
- gericault
- Gravetiense
- Mensajes: 301
- Registrado: 23 Oct 2008, 13:49
También deberíamos plantearno sino hay mucho "violletiano" suelto en la actualidad.
Al fin y al cabo, qué son sino algunas intervenciones realizadas por arquitectos endisionados que se autoproclaman restauradores y además, se imbuyen de algún tipo de halo especial, que les da la libertad de retirar elementos históricos y añadir otros totalmente ajenos a la obra?
(OJO! Hay arquitectos-restauradores muuuuyyyy buenos, con una sensibilidad y un respeto hacia el patrimonio dignos de admiración, y que además no les supone un problema formar parter de un equipo multidisciplinar, donde las ideas e intervenciones son concensuadas con especialistas de otras disciplinas)
"CUANDO EL HOMBRE PISÓ LA LUNA,
EL RESTAURADOR DEJÓ SU HUELLA
Cuando el 20 de Julio de 1969, Neil Armstrong puso un pie en la Luna, dejándonos una de las frases que ha pasado a los Annales de la historia como una de las más repetidas “Este es un pequeño paso para un hombre, pedro un gran salto para la humanidad”, lo que nunca pensó es que, 23 años después, competiría en popularidad con una rana en la fachada de una universidad española por obra y gracia de un restaurador. Ante esta imagen, sólo soy capaz de articular una frase capaz de resumir mi opinión y que puso de moda una folclórica, “¡¿Pero qué invento es este?!”.
Gárgolas que inmortalizan a los visitantes, móviles de sonidos pétreos, escudos deportivos enarbolados en una arquivolta, astronautas que flotan en una fachada,…, todas son diferentes licencias tomadas por un restaurador, pero ¿hasta que punto no dejan de ser ilícitas estas intervenciones? Supongo que, bajo la premisa de que en arquitectura es menos detectable, el encargado de sanear la obra da rienda a su espíritu creativo y se permite el lujo de añadir elementos q no “casan” con la decoración circundante, pero que se apoya en el pretexto de que, de esa manera, queda patente que esa obra ha sido objeto de una restauración.
Ahora bien, ¿porqué sólo arquitectura? ¿Porqué no también en pinturas o esculturas? Y sino queremos que se note, pues actúamos al amparo de lo grandes formatos, como por ejemplo, los frescos renacentistas de una bóveda, del estilo de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Podríamos hablar con Colalucci y allí donde hay un “ignudi” que coloque un Ferrari.
Deberíamos partir de la base de que se han confundido funciones, el restaurador no crea, conserva. Un cuadro a restaurar no es un lienzo en blanco sobre el que crear y lo mismo en arquitectura. Una buena restauración pasa por el respeto de los elementos que componen la obra y la lectura que estos ofrecen al espectador, los elementos añadidos que no se corresponden con el original, rompen la armonía del conjunto y suponen un falseado de la obra, son una falacia hacia el visitante.
No puedo evitar cuestionarme, ¿realmente el monumento necesita “alicientes” para atraer visitas? ¿Es necesario un personaje nuevo en “Las Meninas” que dé un significado alternativo a la obra, que aporte una renovada lectura? Porque es evidente que esto es lo que ha ocurrido en los diferentes lugares donde los restauradores han decidido hacer gala de su genialidad. El elemento añadido cobra mayor importancia que el original, quedando este relegado a un deshonroso segundo puesto.
Extrapolemos estos hechos a los grandes espacios urbanos. Si los añadidos de corte contemporáneo están permitidos en cualquier contexto que sea objeto de ser considerado patrimonio y se ejecuta un plan director de restauración de un conjunto monumental histórico, ¿podríamos justificar el edificio de Moneo en la plaza de la Catedral de la ciudad de Murcia? No tendría cabida en ningún caso el revuelo, es sólo un añadido cuya función podría ser funcionar como reclamo para el turista.
Como historiador del arte y futuro restaurador no puedo más que considerar todos estos hechos una inmoralidad y una burla hacia el ciudadano de a pie, el auténtico poseedor de este patrimonio que con tanta ligereza se “restaura”. Dar cabida a añadidos y florituras nacidos de la mente de un “iluminado” en los trabajos de restauración, abre la veda a la reinterpretación en futuras intervenciones y podríamos volver a hablar de teorías en la línea de Ruskin y Viollet-le-Duc, las cuales creíamos olvidadas, y que aquellos que las conocemos y que sabemos lo que hicieron padecer, preferimos no tener que volver a recordar."
Al fin y al cabo, qué son sino algunas intervenciones realizadas por arquitectos endisionados que se autoproclaman restauradores y además, se imbuyen de algún tipo de halo especial, que les da la libertad de retirar elementos históricos y añadir otros totalmente ajenos a la obra?
(OJO! Hay arquitectos-restauradores muuuuyyyy buenos, con una sensibilidad y un respeto hacia el patrimonio dignos de admiración, y que además no les supone un problema formar parter de un equipo multidisciplinar, donde las ideas e intervenciones son concensuadas con especialistas de otras disciplinas)
"CUANDO EL HOMBRE PISÓ LA LUNA,
EL RESTAURADOR DEJÓ SU HUELLA
Cuando el 20 de Julio de 1969, Neil Armstrong puso un pie en la Luna, dejándonos una de las frases que ha pasado a los Annales de la historia como una de las más repetidas “Este es un pequeño paso para un hombre, pedro un gran salto para la humanidad”, lo que nunca pensó es que, 23 años después, competiría en popularidad con una rana en la fachada de una universidad española por obra y gracia de un restaurador. Ante esta imagen, sólo soy capaz de articular una frase capaz de resumir mi opinión y que puso de moda una folclórica, “¡¿Pero qué invento es este?!”.
Gárgolas que inmortalizan a los visitantes, móviles de sonidos pétreos, escudos deportivos enarbolados en una arquivolta, astronautas que flotan en una fachada,…, todas son diferentes licencias tomadas por un restaurador, pero ¿hasta que punto no dejan de ser ilícitas estas intervenciones? Supongo que, bajo la premisa de que en arquitectura es menos detectable, el encargado de sanear la obra da rienda a su espíritu creativo y se permite el lujo de añadir elementos q no “casan” con la decoración circundante, pero que se apoya en el pretexto de que, de esa manera, queda patente que esa obra ha sido objeto de una restauración.
Ahora bien, ¿porqué sólo arquitectura? ¿Porqué no también en pinturas o esculturas? Y sino queremos que se note, pues actúamos al amparo de lo grandes formatos, como por ejemplo, los frescos renacentistas de una bóveda, del estilo de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Podríamos hablar con Colalucci y allí donde hay un “ignudi” que coloque un Ferrari.
Deberíamos partir de la base de que se han confundido funciones, el restaurador no crea, conserva. Un cuadro a restaurar no es un lienzo en blanco sobre el que crear y lo mismo en arquitectura. Una buena restauración pasa por el respeto de los elementos que componen la obra y la lectura que estos ofrecen al espectador, los elementos añadidos que no se corresponden con el original, rompen la armonía del conjunto y suponen un falseado de la obra, son una falacia hacia el visitante.
No puedo evitar cuestionarme, ¿realmente el monumento necesita “alicientes” para atraer visitas? ¿Es necesario un personaje nuevo en “Las Meninas” que dé un significado alternativo a la obra, que aporte una renovada lectura? Porque es evidente que esto es lo que ha ocurrido en los diferentes lugares donde los restauradores han decidido hacer gala de su genialidad. El elemento añadido cobra mayor importancia que el original, quedando este relegado a un deshonroso segundo puesto.
Extrapolemos estos hechos a los grandes espacios urbanos. Si los añadidos de corte contemporáneo están permitidos en cualquier contexto que sea objeto de ser considerado patrimonio y se ejecuta un plan director de restauración de un conjunto monumental histórico, ¿podríamos justificar el edificio de Moneo en la plaza de la Catedral de la ciudad de Murcia? No tendría cabida en ningún caso el revuelo, es sólo un añadido cuya función podría ser funcionar como reclamo para el turista.
Como historiador del arte y futuro restaurador no puedo más que considerar todos estos hechos una inmoralidad y una burla hacia el ciudadano de a pie, el auténtico poseedor de este patrimonio que con tanta ligereza se “restaura”. Dar cabida a añadidos y florituras nacidos de la mente de un “iluminado” en los trabajos de restauración, abre la veda a la reinterpretación en futuras intervenciones y podríamos volver a hablar de teorías en la línea de Ruskin y Viollet-le-Duc, las cuales creíamos olvidadas, y que aquellos que las conocemos y que sabemos lo que hicieron padecer, preferimos no tener que volver a recordar."
<B>Me niego a esperar que me traigan de regalo la luna, prefiero mirar la estrellas que tienen luz propia</B>
- gericault
- Gravetiense
- Mensajes: 301
- Registrado: 23 Oct 2008, 13:49
- tintocongaseosa
- Esclavo romano
- Mensajes: 2018
- Registrado: 27 Feb 2009, 13:54
- Ubicación: En el siglo XX
Geri,¿qué opinas de la ampliación del Museo del Prado por Rafael Moneo?
“Nadie está libre de decir sandeces. Lo penoso es cuando se dicen de forma memorable.”(Montaigne)
"Si Dios existiera iría a su encuentro y le escupiría a la cara."(Miller)
“Quiero ver qué aspecto tengo en el espejo con los ojos cerrados."(Novalis)
" Pasarle las manos por el culo era suficiente para hacerme olvidar todos mis problemas y también a Nietzsche, a Stirner y Bakunin."(Miller)
"Si Dios existiera iría a su encuentro y le escupiría a la cara."(Miller)
“Quiero ver qué aspecto tengo en el espejo con los ojos cerrados."(Novalis)
" Pasarle las manos por el culo era suficiente para hacerme olvidar todos mis problemas y también a Nietzsche, a Stirner y Bakunin."(Miller)