Características y problemas de la sociedad colonial s. XVIII

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Pilux
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Características y problemas de la sociedad colonial s. XVIII

Mensaje por Pilux »

¿Cuáles eran las principales características y problemas de la sociedad colonial hispanoamericana en el siglo XVIII?

Características de la sociedad colonial durante el siglo XVIII

La población hispanoamericana creció mucho a lo largo del siglo XVIII variando según las regiones. Se estima que durante el siglo XVIII la población hispanoamericana aumentó en un 69%. Los porcentajes comparativos de la distribución de las distintas etnias serían:

...........................1700....................1800
Población blanca....... 6,8%...................19,4%
Indios................... 87,4%................... 44,5%
Mestizos y mulatos..... 1% .................... 31,5%
Negros..................4,8%..................... 4,6%

Se observa un extraordinario aumento de las mezclas interétnicas (mestizos y mulatos) y de los blancos, así como la permanencia de una enorme masa indígena que, pese a su contracción, suponía todavía cerca de la mitad de la población.

Esto último demuestra un indudable propósito político de sostener la sociedad colonial contando con los indígenas, ya que de no ser así los indios habrían desaparecido. La sociedad seguía organizada por estamentos, pero el dinero había irrumpido como factor de nivelación.

La población blanca

Ser blanco constituyó una categoría social privilegiada. Fundamentalmente, los blancos eran los peninsulares y los criollos, probablemente en una proporción de 1,5% a 98,5% respectivamente.

La Corona tuvo una política migratoria hacia zonas fronterizas (Antillas, Banda Oriental, Florida, Texas), para evitar que fueran ocupadas por los extranjeros, pero se vio frenada por la misma necesidad de repoblar zonas vacías de la Península. Durante este siglo los emigrantes peninsulares a Indias procedían de las regiones septentrionales (gallegos, cántabros, navarros y vascos) y de Canarias.

Los españoles ocupaban los cargos administrativos y militares (también la alta jerarquía eclesiástica) y eran los comerciantes encargados del tráfico exterior, así como algunos mineros. Estos adquirieron una situación privilegiada durante el último cuarto del siglo XVIII: entroncaron con las familias nobiliarias y compraron títulos.

Los criollos constituían la mayoría blanca y se clasificaban por la posesión de bienes. Una parte de ellos accedió a los títulos nobiliarios o de órdenes de caballería por compra, pero su alto prestigio social procedía más de la posesión de riqueza que por la nobleza adquirida. La Corona sacó grandes beneficios de este anhelo ennoblecedor.

Los criollos aumentaron su riqueza como consecuencia del aumento del tráfico internacional y de la producción minera. Invirtieron en tierras (haciendas y plantaciones), que sufrieron una gran valorización durante la centuria, y pudieron formar grandes latifundios a precios muy bajos –una vez fueron expulsados los jesuitas. También poseyeron las minas y parte del sector comercial. La oligarquía terrateniente criolla era totalmente urbana y vivía ostentosamente. Durante este siglo, se produjo un enorme distanciamiento de las urbes respecto al medio rural.

La política borbónica de desplazar a los criollos de la alta burocracia indiana, sustituyéndolos por peninsulares, produjo enorme descontento en este grupo, como veremos más adelante.

La población india

La supresión total de la encomienda y el aumento de la productividad agrícola con mano de obra asalariada produjeron una lenta transformación del indio en campesino. El indio seguía pagando el tributo y para eludirlo, así como para adquirir algún dinero, emigraba de su comunidad y se convertía en trabajador a jornal en cualquier hacienda donde se le admitiera. Pese a todo, siguieron existiendo millones de tributarios muchos de los cuales desempeñaban labores de minería mediante la mita peruana y el repartimiento mexicano.

En algunas zonas donde faltaba mano de obra esclava y abundaba la indígena, como en Quito, se utilizó el repartimiento para labores agropecuarias o para los obrajes. La Corona pretendió, además, integrarlos a los circuitos mercantiles obligándoles a consumir manufacturas. Los corregidores les vendían toda clase de objetos innecesarios, sobre todo en el Perú, lo que motivó la hostilidad en los naturales. La sublevación de Tupac Amaru se hizo, en gran parte, contra los repartimientos y contra la mita.

Aunque los indígenas vivían en un medio predominantemente rural empezaron también a emigrar a las ciudades y las autoridades españolas trataron de contener esta migración. Los indios del medio rural estaban también muy aculturados después de trescientos años de evangelización y de contacto con la cultura española. Sin embargo, subsistían aún indios insumisos de algunas zonas fronterizas, como los Apaches, Yaquis y Araucanos y multitud de grupos aislados en zonas selváticas.
Los esclavos negros

El tráfico negrero siguió transportando africanos a Hispanoamérica. Primero los llevó la Compañía francesa de Guinea (primera década del siglo), luego la Compañía inglesa de la Mar del Sur (tuvo el monopolio desde el Tratado de Utrecht hasta la guerra de la Oreja) y finalmente toda clase de compañías asentistas, alguna incluso española.

La revolución de los negros haitianos contra los blancos repercutió en toda el área circumcaribe y los plantadores criollos trataron de frenar la importación de esclavos, en contra de sus intereses, y contra la misma política sostenida por las autoridades españolas.

Los negros seguían divididos en las dos categorías de esclavos y libres. Los principios religiosos y la labor de la Iglesia de casar y bautizar a los esclavos hizo que éstos tuvieran una existencia algo menos inhumana que en otras colonias. Los terratenientes destinaban gran número de esclavos al servicio doméstico en sus casas. En cuanto al número de libres, ésta era muy considerable.

Los mestizos y mulatos

El mestizaje aumentó mucho como consecuencia del matrimonio de mestizos con mestizos, o de éstos con otros grupos y las mezclas interétnicas adquirieron gran complejidad creándose todo tipo de clasificaciones racistas para designarlas. Donde existía gran población de color -regiones circumcaribes- el verdadero mestizo (mezcla de blanco e indio) era asimilado a los españoles, considerándose mestizos a los mulatos. En las regiones de predominio indígena el mestizo estaba mejor identificado. Debajo de estos grupos estaban las castas o resultado de cruzamientos múltiples.
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Pilux
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Re: Características y problemas de la sociedad colonial s. X

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Problemas de la sociedad colonial en el siglo XVIII

Las reformas borbónicas y las nuevas corrientes filosóficas e intelectuales europeas, influyeron en la formación de una nueva mentalidad criolla recelosa y desconfiada respecto al gobierno metropolitano y sus representantes en la América hispana.

El AVANCE DEL MESTIZAJE en el siglo XVIII fue de gran importancia. La sociedad dominante trató de sostener determinados privilegios en relación con el tipo de pureza o mezcla racial para beneficiarse a sí misma. Sin embargo, hacía finales del siglo, la monarquía comenzó a facilitar a las castas el acceso a la baja administración. Los mestizos y mulatos fueron siempre grupos descontentos, dispuestos a secundar motines y levantamientos populares. En cualquier caso, la sociedad de castas no fue de todas maneras cerrada y hubo una gran movilidad social.

La nueva oleada de inmigrantes peninsulares llegados a América a raíz de la puesta en práctica de las medidas reformistas provocó un FUERTE RESENTIMIENTO ANTIPENINSULAR ENTRE LOS CRIOLLOS MÁS INFLUYENTES por las desventajas frente a los peninsulares para obtener empleos, civiles militares y eclesiásticos.

Con Carlos III se intentó mejorar la situación cuando ordenó en 1776 proponer a los criollos para cargos administrativos en España y medidas reformistas compensatorias en el ejército. Muchos criollos siguieron la carrera militar, sirviendo tanto en la Península como en Ultramar. Pronto las milicias dejaron de estar sólo formadas por la llamada “gente decente” (criollos, peninsulares y mestizos hispanizados), sino que también incluyeron a la llamada “gente de razón” (mestizos, mulatos y negros libres). Acabaron quedando excluidos sólo esclavos e indios.

Otro motivo de queja para los criollos fue la FUERTE COMPETENCIA que supuso PARA LOS GRANDES COMERCIANTES la llegada de comerciantes peninsulares, quienes, AL PROMULGARSE EL REGLAMENTO DE COMERCIO LIBRE DE 1778, abandonaron la Península para establecerse en los nuevos puertos abiertos al tráfico. En compensación se crearon nuevos consulados de mercaderes de funcionamiento opuesto a los intereses de los monopolistas de México y Lima.

Pero la reforma más impopular decretada por Carlos III contra el elemento criollo fue su LIMITACIÓN PARA OCUPAR ALTOS CARGOS OFICIALES Y SU REEMPLAZO POR FUNCIONARIADO PENINSULAR, que invadió todos los altos organismos de las sedes virreinales y provinciales. La reivindicación principal de los criollos fue la equiparación, y después la preeminencia, para ocupar los altos cargos en Indias.

En el documento denominado Memorial de México (enviado por el Cabildo de la ciudad a la Junta Extraordinaria del Consejo en 1768) se señala que los criollos no habían de estar marginados en el desempeño de cargos públicos en Indias, ya que eran fieles al rey y tan capaces física e intelectualmente como los españoles europeos. En los cabildos de Arequipa, La Paz, Cochabamba y Quito se decretaron medidas contra las reformas de cierres de aduanas, reducción de alcabalas y expulsión de funcionarios. Esto significó tomar medidas contrarias a las disposiciones reales.

La APLICACIÓN DE LA DOCTRINA REGALISTA AFECTÓ A LAS RELACIONES IGLESIA-ESTADO también en ultramar.

En la Península se aplicó desde 1707 y en Ultramar a partir de 1760 con la implantación de la "Regalía soberana patronal" o "Regio vicariato". El monarca asumía plena jurisdicción canónica como atributo de su propio poder personal (y no por concesión papal), convirtiéndose la Regalía Soberana en una institución civil de signo antipapal cuyo fin era mejorar la organización y administración eclesiásticas, terminar con las discordias entre las distintas órdenes religiosas y detener la relajación de costumbres en amplios sectores del clero.

Carlos III intentó sin éxito implantar una legislación global de tipo regalista, realizando una nueva redacción del Libro I de la Recopilación de Leyes de Indias y celebrando Concilios provinciales en México, Lima, Santa Fe de Bogotá y Charcos. Se procedió entonces a dictar órdenes reales específicas sobre cada tema.

Se restringieron la inmunidad eclesiástica, el derecho de asilo, la jurisdicción del fuero eclesiástico y otros privilegios tradicionales como la disminución de exenciones tributarias y privilegios económicos.

BIBLIOGRAFIA
CIUDAD, A.; LUCENA, M. y MALAMUD, C.: Historia de América, T. 10 del Manual de Historia Universal, Historia 16, Madrid, 1992.
SEPÚLVEDA ISIDRO. ; MALAMUD, CARLOS ; MARTÍNEZ SEGARRA, ROSA ; PARDO SANZ, ROSA; Historia de América. Univérsitas, Madrid 2004
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Eme
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Re: Características y problemas de la sociedad colonial s. X

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Muchas gracias Pilux :D
"Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una sola lengua es porque se debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar." Marquesa de Sevigné.
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