Re: Historia Contemporánea de Europa Centrooriental
Publicado: 11 Feb 2013, 18:30
Boyardos, fanariotas y hospodares en Valaquia y Moldavia
Fuente: http://www.wikipedia.org/
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Principados del Danubio o Principados danubianos era el nombre con el que se designaba a los principados de Moldavia y Valaquia hasta su unión en 1859. Vasallos del imperio otomano desde finales del siglo XV y principios del XVI, los principados danubianos pasaron a ser un enclave estratégico cuando en el siglo XVIII se convirtieron en frontera entre los dominios del sultán y los imperios en expansión de Austria y Rusia. En 1859 la unión de estos territorios bajo un mismo príncipe (domnitor) sentaría las bases para el nacimiento de la Rumanía moderna.
Bajo dominio otomano, un príncipe teóricamente elegido por la nobleza (los boyardos) y el alto clero, gobernaba en nombre del sultán. El príncipe ostentaba en su territorio el gobierno civil con el título de domnitor u hospodar («señor») y el militar con el de vaivoda («duque»). El expansionismo austríaco y ruso y la colaboración de los principados danubianos con dichas potencias llevó al imperio otomano a ejercer un mayor control sobre estos territorios durante el conocido como «período fanariota» (1711-1822 en Moldavia y 1716-1822 en Valaquia). El nombre de este período hace referencia a los fanariotas, poderosos comerciantes griegos residentes en Fanar (Estambul), que serían nombrados por decreto del sultán, abandonando la costumbre de elegir a los príncipes por votación entre la aristocracia nativa.
Hospodar o gospodar es un término de origen Eslavónico que significa "señor" o "amo". Los gobernantes de Valaquia y Moldavia recibieron el título de hospodares en los escritos eslavos desde el siglo XV al 1866. Hospodar también se añadía al título de Voivoda.
Boyardo es el título de los nobles terratenientes eslavos, aunque se emplea sobre todo en el ámbito ruso, serbio, búlgaro y rumano (incluyendo Moldavia).
Los fanariotas fueron un grupo de familias griegas prominentes que residían en Fanar, el principal barrio griego de Constantinopla (Estambul), donde se encuentra situado el Patriarcado Ecuménico. Los fanariotas dominaron la administración del Patriarcado e intervinieron con frecuencia en la elección de prelados. Durante el siglo XVIII, algunos miembros de estas familias, que habían acumulado grandes fortunas, accedieron a puestos de gran importancia dentro del Imperio Otomano, como el de intérprete principal de la Sublime Puerta, compartiendo con el ministro de asuntos exteriores otomano la dirección de la política exterior del imperio; como intérpretes del kaptan bajá (almirante de la flota otomana), ejerciendo funciones de gobierno en las islas de la flota otomana y también entre los años 1711-1716 y 1821, fueron nombrados "gospodaros" o hospodares (voivodas o príncipes) de los Principados Danubianos (Moldavia y Valaquia), a ese período se le llama habitualmente la "época fanariota" en la historia de Rumania. La condenación de los fanariotas es común en el nacionalismo rumano.
La época fanariota está caracterizada por políticas fiscales excesivas, debido a las necesidades otomanas y a las ambiciones de algunos de los hospodares (quienes, conscientes de su frágil status, buscaban devolver el dinero a sus acreedores, y a acumular fortunas mientras todavía tenían el poder). En paralelo, los boyardos empezaron una campaña de peticiones en contra del poderío de los príncipes: aunque a veces estaban dirigidas hacia la Sublime Puerta o la Monarquía de los Habsburgo, la mayoría de veces se pedía la supervisión de Rusia.
Bajo dominio otomano, un príncipe teóricamente elegido por la nobleza (los boyardos) y el alto clero, gobernaba en nombre del sultán. El príncipe ostentaba en su territorio el gobierno civil con el título de domnitor u hospodar («señor») y el militar con el de vaivoda («duque»). El expansionismo austríaco y ruso y la colaboración de los principados danubianos con dichas potencias llevó al imperio otomano a ejercer un mayor control sobre estos territorios durante el conocido como «período fanariota» (1711-1822 en Moldavia y 1716-1822 en Valaquia). El nombre de este período hace referencia a los fanariotas, poderosos comerciantes griegos residentes en Fanar (Estambul), que serían nombrados por decreto del sultán, abandonando la costumbre de elegir a los príncipes por votación entre la aristocracia nativa.
Hospodar o gospodar es un término de origen Eslavónico que significa "señor" o "amo". Los gobernantes de Valaquia y Moldavia recibieron el título de hospodares en los escritos eslavos desde el siglo XV al 1866. Hospodar también se añadía al título de Voivoda.
Boyardo es el título de los nobles terratenientes eslavos, aunque se emplea sobre todo en el ámbito ruso, serbio, búlgaro y rumano (incluyendo Moldavia).
Los fanariotas fueron un grupo de familias griegas prominentes que residían en Fanar, el principal barrio griego de Constantinopla (Estambul), donde se encuentra situado el Patriarcado Ecuménico. Los fanariotas dominaron la administración del Patriarcado e intervinieron con frecuencia en la elección de prelados. Durante el siglo XVIII, algunos miembros de estas familias, que habían acumulado grandes fortunas, accedieron a puestos de gran importancia dentro del Imperio Otomano, como el de intérprete principal de la Sublime Puerta, compartiendo con el ministro de asuntos exteriores otomano la dirección de la política exterior del imperio; como intérpretes del kaptan bajá (almirante de la flota otomana), ejerciendo funciones de gobierno en las islas de la flota otomana y también entre los años 1711-1716 y 1821, fueron nombrados "gospodaros" o hospodares (voivodas o príncipes) de los Principados Danubianos (Moldavia y Valaquia), a ese período se le llama habitualmente la "época fanariota" en la historia de Rumania. La condenación de los fanariotas es común en el nacionalismo rumano.
La época fanariota está caracterizada por políticas fiscales excesivas, debido a las necesidades otomanas y a las ambiciones de algunos de los hospodares (quienes, conscientes de su frágil status, buscaban devolver el dinero a sus acreedores, y a acumular fortunas mientras todavía tenían el poder). En paralelo, los boyardos empezaron una campaña de peticiones en contra del poderío de los príncipes: aunque a veces estaban dirigidas hacia la Sublime Puerta o la Monarquía de los Habsburgo, la mayoría de veces se pedía la supervisión de Rusia.